CONSERVACIÓN DE LOS HUEVOS
Es absolutamente fundamental para el correcto desarrollo del embrión y su posterior eclosión una correcta conservación y preparación de los huevos antes de incubar. Los criadores andan perdidos en este tema.
La capacidad de eclosión de los huevos fecundados disminuye proporcionalmente al tiempo de conservación que han sido sometidos, es decir, a mayor tiempo sin incubar, menor posibilidades de eclosión. En el caso de nuestras aves, los efectos del almacenamiento durante los primeros 4-5 días son escasos y van aumentando hasta los 10-12 días. La mortalidad embrionaria originada por una conservación larga produce mortalidad sobretodo en las primeras fases del desarrollo y esto puede llevar al error de pensar que ha habido una baja tasa de fecundación de los huevos.
La posición del huevo durante la conservación es muy importante. El huevo debe conservarse con el polo fino hacia arriba si son huevos para incubar en pocos días. Los huevos que van a conservarse durante mayor tiempo deben guardarse con el polo fino hacia abajo. Los huevos deben ser conservados en habitáculos abiertos, sin estar expuestos a la luz y deben depositarse sobre materiales que faciliten la transpiración.
La viruta, alpiste o pastas están completamente desaconsejadas como fondo para los huevos; siendo recomendable utilizar la misma mezcla de materiales utilizados para que hagan el nido. Es muy importante cambiar el material entre nidadas para evitar contaminaciones entre unas nidadas y otras.