CRÍA CON NODRIZAS – INMUNIDAD EN AVES

El revuelo ocasionado en los últimos días en los foros sobre la cría con nodrizas me ha despertado el interés por escribir ésta entrada. No me voy a posicionar  hacia la cría natural o la cría con nodrizas pues cada método tiene sus ventajas e inconvenientes.

En ésta entrada vamos a hablar de la inmunidad en las aves y concretamente  la inmunidad en pichones neonatos para poder  dar luz al tema y acabar con muchos comentarios sin fundamento científico.

Cuando hablamos de Inmunidad en las aves, nos encontramos dos tipos de inmunidad:

1.- La inmunidad pasiva. Se fundamenta principalmente en los anticuerpos de la madre que tiene el pichón neonato al nacer. Los pichones nacen con el sistema inmune incompleto, la inmunidad materna es pasada  en parte al embrión a través del líquido amniótico y el saco vitelino. Los anticuerpos maternos proporcionan al pichón protección contra los diferentes agentes con los que la hembra reproductora tuvo contacto durante su vida.

Otra parte de inmunidad pasiva, va de la mano de la “leche del buche” presente en unas especies de aves más que otras. La leche del buche es secretada las primeras 36-48 horas  por la hembra y tiene un alto contenido proteico y de inmunoglobulinas. Es característico ver en pichones recién nacidos un líquido denso en el buche(sobre todo en exóticos australianos como los diamantes de Gould) https://aviantecnic.shop/producto/unica-08-imita-la-leche-del-buche/

2.-La inmunidad activa. Es la que se desarrolla a lo largo de la vida del ave por la exposición a los diferentes patógenos. La exposición puede producirse por infección natural o por la vacunación.

Dentro de la inmunidad activa, se encuentra la inmunidad humoral, donde los anticuerpos o inmunoglobulinas cobran especial importancia. Los anticuerpos se encuentran en los tejidos corporales y espacios tisulares reaccionando frente a las bacterias, parásitos o virus patógenos.

El aparato inmunológico de las aves se compone de tres tipos de inmunoglobulinas: IgM, IgY e IgA.

CONCLUSIONES: De lo expuesto anteriormente podemos darnos cuenta de la importancia de la inmunidad pasiva que adquiere el pichón para los primeros días de su vida.

Gran parte de la inmunidad pasiva es transmitida en el huevo  y el resto a través del embuche materno los primeros días. Si bien es cierto que lo ideal y natural es el embuche por la propia hembra reproductora por contribuir a que los pichones sean más fuertes; No podemos descartar la cría con nodrizas pues la cantidad de inmunoglobulinas en la leche del buche es muy reducida respecto a las del huevo. Partiendo de nodrizas buenas cebadoras, controladas sanitariamente, con una alimentación adecuada y no sobrecargando los nidos podemos obtener pichones tan sanos y fuertes como los criados por sus propios padres biológicos.



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